Dioses y Paladines (4 Parte)

Tzeentch

A Tzeentch se le conoce por varios nombres, incluido el Señor de la Transformacion, el Maestro de la Fortuna, el Gran Conspirador y el Arquitecto del Destino. Es el gran hechicero, el dios de la magia y el maestro de la corriente mutable del destino y el tiempo. Tzeentch es el mas extraño e inquietante de todos los Dioses del Caos. Su piel crepita constantemente con rostros cambiantes que miran lascivamente y se burlan de aquellos que se atreven a mirarlo. Mientras el poderoso Tzeentch habla, estas caras repitem sus palabras, a menudo con diferencia sutiles pero importantes de entonacion y sentido.

Los conspiradores y los confabuladores se sienten atraido irremediablemente hacia Tzeentch, especialmente los que ansian el poder magico para lograr sus objetivos. Politicos, lideres, magisters y cultistas se ven seducidos inexorablemente hacia los senderos enrevesados del destino y usan a Tzeentch para conseguir sus sueños y aspiraciones, aunque en ultima instancia son engatusados por los planes eternos de Tzeentch. Ningun hombre podria entender la verdadera naturaleza de las maquinaciones intrincadas de Tzeentch, e incluso intentar hacerlo le costaria perder la cordura. De hecho, Tzeentch no tiene un plan definitivo, un unico objetivo que cumplir. Para este dios, el mero acto de maquinar y enrevesar interminablemente los destinos de los mortales basta con satisfacerlo. Sus maquinaciones no tienen fin, ya que sus deseos tampoco lo tienen. Tzeentch nunca puede cumplir un ultimo objetivo, pues esto supondria el fin de su ambicion y, por consiguiente, el fin del Señor del Destino.





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Kojiki Parte III (3/9)

EL JURAMENTO

Mientras, Susano anuncia que va a despedirse de su hermana, Amaterasu, y se lanza hacia los cielos creando la confusion en toda la naturaleza.
Entonces, Amaterasu, alarmada por este alboroto, dijo: “La razon por la cual ha subido hasta aquí mi augusto hermano no procede, ciertamente, de un buen corazon. Unicamente pretende arrebatarme el territorio”. Inmediatamente, tras soltar su cabellera, la trenzo en augustos moños; y al mismo tiempo enrollo un cordon lleno de magatama, de ocho pies de largo y con quinientas joyas, en los augustos moños izquierdos y derecho, como tambien en su tocado e igualmente en sus brazos izquierdo y derecho; y tras colgar a sus espaldas un carcaj de mil flechas ademas de otro carcaj de quinientas, y tomar y ceñir asimismo a su costado un poderoso y sonoro protecor del codo, blandio su espada y sostuvo el arco, cuya parte superior temblaba, bien derecho, y golpeando con el pie, hundio el duro suelo hasta la altura de sus muslos abiertos, aplastandolo como si se tratara de nieve, y se mantuvo firme valientemente como un hombre poderoso, y en la espera le pregunto: “Por que has subido hasta aquí?”.
Los preparativos parecen anunciar una formidable batalla; sin embargo, Susano asegura que no alberga malas intenciones, y para probarlo propone a la diosa un juramento que establecera su mutua fe. Según el texto el juramento es mas bien una apuesta: un concurso de reproducción, en donde venceria aquel que diese a luz deidades masculinas, o bien, aquel que engendrase mas divinidades. Si Susano ganaba, su hermana deberia admitir la pureza de sus propositos.
Las dos divinidades, separadas por Amanogawa (El rio del Cielo), intercambian las palabras de compromiso e inician la competición. Para empezar, Amaterasu le pidio a su hermano la espada; la rompio en tres trozos, los mastico y al escupir aparecieron tres hermosas diosas. A continuación, Susano cogio las largas hileras de magatama que Amaterasu llevaba alrededor de los moños, de la frente y en los brazos, y las disperso soplando, creando de este modo cinco dioses, entre ellos aquel llamado Oshi-homimi.

Dioses y Paladines (3 parte)

KNORNE

Khorne era el Dios de la Sangre, un dios enojado y asesino cuyos bramidos de ira insaciable resuenan a traves del tiempo y el espacio. Su gran trono de bronce se asienta sobre una montaña de craneos en medio de una llanura de huesos y lagos de sangre; son los restos de sus seguidores muertos en batalla y de los que mataron en su nombre. Khorne personifica la violencia absoluta y sin sentido, ya que destruye a todas las personas y cosas que estan a su alcance, sin importarle si son amigos o enemigos.

Los seguidores de Khorne son siempre guerreros feroces, pues el Dios de la Sangre aborrece la supercheria de la magia y de sus cobardes hechiceros. Los hombres buscan en Khorne por su ansia de conquistar y derrotar a sus enemigos en batalla, causar estragos mediante venganzas sangrientas y para alcanzar una habilidad marcial inimaginable. Sus seguidores mas fanaticos y dedicados, los que se ven atrapados en el interior de su garra, saben que Khorne desea unicamente una matanza desenfrenada. A Khorne no le preocupa donde mana la sangre, sino unicamente que la haya.

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Kojiki Parte III (2/9)

EL LLANTO DE SUSANO

Amaterasu y Tsuki-yomi aceptan sus tareas obedientemente,tomando posesion de sus respectivos dominios. Pero Susano se pone a llorar, aular y gritar. Izanagi le pregunta la causa de su aflicción, y Susano contesta que no quiere gobernar las aguas sino ir a la tierra en la que vivia su madre, Izanami. Encolerizado,Izanagi destierra a Susano y a continuaciones retira, tras haber terminado su mision divina. Según una version del mito, subio al cielo, donde vive en el “Palacio Mas Joven del Sol”. Se dice que esta encerrado en Taga (prefectura de Shiga, Honshu).

-Ilustracion de Susano-

Dioses y Paladines (2 Parte)

Un dios del Caos solo puede aumentar en poder gracias a las acciones y pensamientos de los mortales. Los que rinden culto a un dios del Caos y actuan de una forma que alimenta su poder son recompensados con dones extraños, poderes extraordinarios y, potencialmente, la inmortalidad como principes demonio. Cuando los Dioses del Caos combaten en la disformidad, sus seguidores tambien se enzarzan en guerras en el universo material. Los ganadores de estas batallas obtienen mas poder para su maestro de otro mundo, aunque a los enrevesados planes de los dioses del caos no les suele bastar la victoria, simplemente se trata del sacrificio y la batalla.

Cuando los seguidores del Caos mueren, sus almas no se desvanecen en la disformidad como las otras. En lugar de ello, su energia inmortal y sus almas son tragadas por la grandeza de sus dioses, sustentados para siempre aumentando el poder eterno del Caos.

(Continuara....)